El domingo fue un gran día para el Andorra. Sobre el terreno de juego, los de Moisés Gutiérrez lograron tres puntos de oro que, gracias a los tropezones de sus rivales directos (Deportivo Aragón, CD Teruel y SD Ejea) permitieron a los mineros escalar hasta la segunda posición de la clasificación adelantando a los rojillos y estrechando el cerco sobre el filial. Pero además, la directiva logró desbloquear las cuentas del club y abonar tres de las mensualidades que adeudaba a su plantilla (jugadores y cuerpo técnico).
“El Andorra debía cinco gratificaciones (porque no son sueldos ni nóminas) y el domingo pagó tres” aseguró ayer el presidente de la entidad, José Luis Burgos, quien adelantó que en el mes de marzo se darán cumplidas explicaciones a los socios en una asamblea.
La directiva afirma que está tratando de sacar a la entidad del calvario en el que se sumió tras su último paso por la Segunda B, que dejó las arcas sociales con un profundo agujero económico que ha mantenido embargadas las cuentas de la entidad hasta la semana pasada.
El desencuentro con el fisco se arrastra desde 2005, cuando una operación inmobiliaria obliga a pagar 360.000 euros al Andorra. Un pago que se fraccionó y que hasta 2012, cuando se rebajaron las ayudas institucionales, se había ido pagando escrupulosamente.
Un año, el 2012, en el que el Andorra regresó a la Tercera después de su aventura en Segunda B. Una temporada en la que se preparó un presupuesto de 420.000 euros, “suficiente para mantenernos en la categoría”. En las cuentas se habían contemplado ayudas institucionales del Ayuntamiento y de la Diputación que terminaron por no llegar a consecuencia de los recortes y la crisis y que no permitieron que el club siguiera amortizando su deuda con el fisco, lo que terminó con el embargo de las cuentas.
En las últimas semanas, y gracias a la negociación liderada por el letrado Jesús Blasco, se ha renegociado un calendario de pagos a Hacienda y la Seguridad Social, lo que le ha permitido al club volver a disponer de liquidez para hacer frente a sus compromisos económicos con el equipo.
Parón en el Endeiza
La situación de la plantilla se visualizó el domingo en los primeros instantes del partido, cuando los jugadores del Andorra protagonizaron un parón de unos segundos después de que sus rivales hubiesen comenzado a jugar el balón.
El acto de protesta estaba destinado a las instituciones municipal y provincial para que agilicen el abono de las subvenciones pendientes con el club. Un gesto que ha sido criticado por el presidente del club, que reconoció que hubiera preferido más discreción. Burgos reconoció que el viernes había recibido el aviso de que el domingo se realizaría un plante si no se cobraba, pero al recibir una pequeña cantidad de dinero con la que el club abonó tres mensualidades pendientes reconoció haberse sorprendido con el acto del domingo.
La siguiente batalla del presidente es tratar de recuperar las subvenciones que no se han recibido en los últimos tres años. Para ellos e han solicitado sendas reuniones con el Ayuntamiento y la Diputación. “Está siendo muy duro, pero hemos iniciado el camino correcto”, aseveró Burgos que desde el primer momento evitó la posibilidad de disolver el club o de vender patrimonio.
Fuente: J.L.R. – Diario de Teruel